miércoles, 29 de agosto de 2007

Plüschow (Gracias, Daniel!)

Estimados Amigos del Club Berlin y Representantes de las distintas Instituciones que concurrieron a este Acto:

Me siento como cada uno de ustedes, muy contento por este emotivo, cálido y tan importante acto celebrado el viernes 24/8 en la Plaza Plueschow. Quierase o no, este "sencillo" acto representó un verdadero momento histórico para nuestro país y Alemania, y mantener siempre "la memoria viva" de esta gran Personalidad que fue y será por siempre "Guenther Plueschow", para esta y las generaciones futuras, donde una vez más, fue recordada su singular y ejemplar trayectoria. Don Guenther, desde "otro plano", debe emocionarse por su constante reinvidicación recibida, y este es uno de los tantos premios que recibe por tantos admiradores, que no dejan de asombrarse por "tanta magia" que sigue dejando todo su rico Legado. Y no hemos dejado de emocionarnos por los flamantes discursos dados por nuestro máximo orador, con palabras realmente emotivas, nuestro Representante en la Comunidad Alemana, don Claudio Gaebler y por el Investigador y Documentalista sobre Plueschow, nuestro MAESTRO Roberto Litvachkes, transmitiéndonos siempre toda su sabiduría sobre este PROCER que tanto ha amado las tierras argentinas y alemanas.

Muy lindo encuentro hemos pasado luego en la Confitería "Graf Zeppelin", cerrando una tarde maravillosa en todos los sentidos. Muchas Gracias a Todos por haber aportado tanta Riqueza Humana.

Los saluda afectuosamente. Daniel Egner

domingo, 26 de agosto de 2007

Discurso en El Palomar

Discurso efectuado por el Presidente del Club Berlín, con motivo de realizarse la reinauguración de la Plaza Plüschow (24/8/07):

Estimadas autoridades y diplomáticos presentes, estimadas señoras y señores:

Como presidente de una novel institución –el Club Berlín- que cultiva los lazos entre las ciudades hermanas de Berlín y Buenos Aires, es un honor estar presente aquí para homenajear una vez más a este pionero alemán, que es Günther Plüschow, el que ha fallecido en su ley cayendo junto a su inseparable amigo Dreblow en las frías aguas del Lago Argentino en Santa Cruz, y cuyos restos descansan en Berlín, ciudad en la que vivía y a la que amaba. Fue desde allí que difundió esas primeras filmaciones desde el aire de la Patagonia, que gozaron de un record de público, fue allí donde publicó todos los libros sobre sus aventuras. También fue en Berlín donde logró otro hito de la aviación: llevo el primer correo de Berlín a Weimar para la empresa aeronáutica antecesora de Lufthansa.

Es un honor para mi estar aquí en la cuna de la aeronáutica argentina, donde el Zeppelin hiciera una vuelta de honor especial en su única visita a la Argentina. Es aquí, en esta ciudad cuyas calles tienen nombres de flores y aviadores, o sea entre sus pares, donde es lógico que exista la plaza Plüschow. Personalmente amo este rincón del Gran Buenos Aires, donde viví, gocé una excelente educación en el colegio alemán cerca de aquí – el Colegio Ciudad Jardín o Gartenstadt Schule -, y donde en el Día de la Aeronáutica disfruté mi vuelo de bautismo en la base aérea de El Palomar.

Y así como dicen que no hay casualidades porque los grandes hombres son los que se forjan su propio destino, así fue que el objetivo de Gunther quedó claro ni bien de joven su mirada se posó en una foto de una remota ciudad en el fin del mundo, del otro lado de las postrimerías de la Cordillera de los Andes, de una belleza única, rodeada de mar y montaña: Ushuaia. Cueste lo que cueste, iría para allí.

¡Y cumplió!

Encaró la profesión de marino del imperio alemán, recorrió los mares, y sin estar satisfecho con ello fue de los primeros que sacó su brevet de aviador. Algún accidente en esa época casi le cuesta la vida. Feliz va a su destino a Tsingtao, una colonia alemana en China. Y allí lo sorprende la primera guerra mundial. Cumple una valerosa tarea de reconocimiento, y se convierte en el héroe de Tsingtao en Alemania sin haber tirado un solo tiro ni tirado una sola bomba. Escribe un libro sobre sus aventuras, que lo llevan de allí de vuelta a su patria pasando por Estados Unidos, por una prisión de extrema seguridad en Inglaterra, de la que logra escapar y llega felizmente como polizón a Alemania.

Después de 1918 sigue pacíficamente como marino y también como aviador, pero no le alcanza disfrutar con su fama.

Y abandona toda la seguridad económica, y logra sponsores para realizar sus sueños patagónicos. Cumple con todos: nos legó los libros y las películas que cuentan sus aventuras, y con ello la difusión masiva en Europa de la belleza de nuestra Patagonia, la que recorre con velero y avión de los de antes, con cabina abierta, sometido a los implacables vientos patagónicos, que no lo amedrentan.

El va en velero, la Feuerland (Tierra de Fuego), que tan destacada actuación tuviera en la guerra de Malvinas, porque no es suficiente aventura ir en barco como su avión.
Después de tormentas y aventuras, baja en varios puertos sudamericanos, entre los que la Reina del Plata (Buenos Aires) lo recibe también con los brazos abiertos y finalmente llega a Punta Arenas.

Con su ingeniero amigo Dreblow, como un mecano, arma pieza por pieza su avión según el libro de instrucciones. Y con velero y avión recorren toda la zona andina patagónica, filman por primera vez esas bellezas para que todo el mundo las admire, las describe en sus obras. Y realiza el primer vuelo y con correo entre Punta Arenas y Ushuaia.

Por fin alcanza su sueño de juventud. En Berlín es recibido otra vez como un héroe. Pero quedó prendado de tanta belleza y vuelve. Y en una de sus tantas recorridas encuentra la trágica muerte en cercanías del ventisquero Perito Moreno.

Aquí hizo infinidad de amigos, era abierto al mundo como somos los de Berlín y Buenos Aires, y en aquel 1931, en épocas de Saint Exupery y de Mermoz, que también merodeaban por aquí, dejó este mundo, pero quedó el legado y el recuerdo imborrable de su personalidad, que de paso también se ganaba varios corazones femeninos…

Aquí en Ciudad Jardín de las Lomas de El Palomar, cuna de la aeronáutica argentina, como en Ushuaia, como en Alemania, mantenemos viva su imagen, en el año que se cumplen 150 del tratado de amistad firmado entre Argentina y Alemania, como una prueba más de esta. Es otro de los alemanes que ayudaron a forjar la Argentina que tenemos, alemanes que como Ulrico Schmidl, primer historiador del Río de la Plata, que acompañó a Don Pedro de Mendoza en la primera fundación de Buenos Aires, siempre están y estarán en nuestro camino hacia nuestro fin trascendente…

Fiesta en El Palomar

Con la tradicional humildad de los grandes, el especialista mundial en Plüschow, Roberto Litvachkes, nos envió el presente informe de la reinauguración de la plaza Plüschow en Ciudad Jardín con fotos y resaltando la sencilla colaboración de otros asistentes al acto:

Una gran cantidad de gente se congregó el día viernes 24 de agosto en la Plaza Plüschow de El Palomar, había expectativa de vecinos e invitados por ver las obras del monumento. Los comentarios por éstas fueron muy favorables, ya que fueron sencillas, pero realizadas con muy buen gusto por la gente de la Municipalidad de Tres de Febrero, incluyendo una original fuente ornamental de casi dos metros de altura. A pesar del frío fue llamativa la cantidad de público reunido y también los medios de prensa presentes. En el acto hicieron uso de la palabra el Concejal Anabia y el Sr. Roberto Heredia, representante del Intendente Curto de la Municipalidad de Tres de Febrero. También hice uso de la palabra yo, Roberto Litvachkes, con una breve semblanza de la vida de Plüschow, donde incluí una mención especial de Oscar Maccio, vecino de la zona y entusiasta fanático de Plüschow también.

Pero quien realmente se lució fue el Dr. Claudio Gaebler, que realizó un emotivo discurso incluyendo parte de su historia personal en relación a Palomar y un rescate fuera de lo común de la figura y los valores personales de Gunther Plüschow, de su vida en Berlín, y del aporte de Alemania a nuestra historia, insertando la misma en la conmemoración de los 150 años de la firma del tratado entre Argentina y Alemania, fecha que se celebra dentro de pocos días. El discurso de Gaebler fue seguido con atención y finalmente cosechó fuertes aplausos y el interés de la Prensa en posteriores reportajes.

Entre los presentes se encontraban historiadores especializados en Aeronáutica, miembros del centro de estudios Jorge Newbery, el especialista de la historia de Alemania en la Colonia de Tsingtau, Daniel Egner , ex-pilotos de Aeroposta y ex pilotos de líneas áreas. Durante el acto se entregó una placa de homenaje donada por ATNA, el Club Berlín, La Universidad Nacional de Tres de Febrero y Roberto Litvachkes, con mención especial sobre la importancia de la misma en el año de celebración del 150º Aniversario de la firma del primer tratado de amistad y comercio entre Argentina y Alemania.

A continuación, algunas fotos del acto:






Maqueta del avión de G. Plüschow

Desde el mes de mayo se puede ver en el Aeroparque de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la maqueta del avión Heinkel HD24 de Günter Plüschow, realizada por Roberto Litvachkes. También recomendamos ver el video musicalizado y editado de la realización de esta maqueta (ver link de Youtube al pie de este blog)